Hospital de Santa Juana cuenta con huerta orgánica cultivada por pacientes sociosanitarios
*La innovadora iniciativa nace de manera espontánea gracias al trabajo de dos hospitalizados de larga estadía y se ha convertido en su mejor terapia en tiempos de pandemia, considerando que ellos deben permanecer en el recinto, al no contar con una red de apoyo familiar y/o social que los acoja estando afuera.
Una hermosa huerta luce hoy el Hospital Clorinda Avello de Santa Juana. El terreno donde se emplaza estaba abandonado, pero gracias al trabajo de dos pacientes sociosanitarios hospitalizados, fue recuperado y hoy es el gran atractivo del personal que labora en este recinto asistencial, dependiente del Servicio de Salud Concepción.
El cultivo es resultado del acucioso y esforzado trabajo, que desde octubre del año pasado vienen realizando Osiel Zapata (50) y Cristo Contreras (60), pacientes de larga estadía que permanecen en este centro de salud sin poder recibir el alta médica, debido a que no cuentan con una red de apoyo familiar y/o social que los acoja estando afuera.
Este verano la siembra comenzó a dar sus primeros “frutos”. En uno de los sectores se pueden encontrar pintosos zapallos italianos y tomates listos para la cosecha, mientras que, en otro punto, los porotos verdes y distintos tipos de hortalizas aguardan por germinar.
Las condiciones de salud de ambos pacientes no fueron impedimento para que materializaran su proyecto. Es el caso de Osiel, parapléjico y con una cistectomía que lo mantiene propenso a desarrollar infecciones urinarias; y de Cristo, quien padece una enfermedad a la sangre, que lo hace dependiente de una inyección para mejorar su circulación.
Los dos arrastran un historial de desamparado familiar y situación de calle, que comenzó a cambiar cuando ingresaron por última vez, en muy malas condiciones, al Hospital Guillermo Grant Benavente. A partir de ahí, iniciaron un periplo de traslados finalizando en el principal recinto asistencial santajuanino, donde el Servicio de Salud Concepción les asignó una de las diez camas sociosanitarias existentes en ese establecimiento de la Red.
La cosecha
En el Clorinda Avello, estos hombres han experimentado un verdadero “reverdecer”, gracias a la huerta a la que se propusieron darle vida.
“En agosto del año pasado llegó mi compañero y el 3 de octubre, cuando celebré mi cumpleaños -el mismo día del hospital- nos dimos cuenta que este lugar estaba sucio y empezamos a limpiar. No es que nadie se preocupara de eso, pero por la misma pandemia, los funcionarios fueron ocupados en otras partes”, contó Osiel Zapata, impulsor de la iniciativa y quien, desde su silla de ruedas, lidera y supervisa los cuidados que necesita la huerta, instruyendo a su compañero Cristo sobre las labores a realizar.
Esta huerta se ha transformado en la mejor terapia para esta dupla de amigos, en especial para Osiel, dada su cirugía a la vejiga. “Por mi cistectomía estoy propenso a tener infecciones urinarias, pero la mente es tan poderosa, que intento no desarrollarlas, para no perder lo que estoy haciendo aquí. Llevo siete meses sin hacer una infección”, reveló contento.
Aseguró que cuando comenzaron con la limpieza, nadie en el hospital creyó en lo que eran capaces de lograr, y ahora que la huerta ha crecido y entregado su primera cosecha, los mismos funcionarios son los principales compradores. “Les vendemos a precios moderados. Tengo mi celular con internet y reviso los valores de afuera, en las ferias de las pulgas. Por ejemplo, el poroto verde está a $2.500 el kilo, pero nosotros lo dejamos a $1.500; los zapallos italianos están 2 en $1.000 y nosotros los tenemos a 4 en $1.000”, relató Osiel.
El psicólogo del Hospital de Santa Juana, Alcides Pérez, trabaja con los pacientes de larga estadía. Para él, la iniciativa llevada a cabo por Osiel y Cristo, ha sido una experiencia enriquecedora en lo profesional y humano, considerando el historial de vida de ambos y que ellos son los más activos y estables del grupo de ocupantes de camas sociosanitarias (los demás permanecen postrados o con graves problemas de salud).
“Es una terapia que ha surgido desde el corazón de estos pacientes y eso es lo bonito. Cuando una persona es capaz de vislumbrar una esperanza, sabe que está saliendo de un episodio depresivo. Acá la metáfora se hace carne cuando ponen una semilla y saben lo que van a sacar. Ellos están más tranquilos, mejor físicamente, durmiendo bien y sin disrupciones dentro del establecimiento”, destacó el profesional.
La trabajadora social del mismo establecimiento de salud, Evelyn Rivas, vinculada también con los casos sociosanitarios, resaltó lo realizado por estos pacientes. “Tenemos personas postradas que tiene que ser asistidas todo el tiempo y otras que son autovalentes, como los creadores de esta huerta”, subrayó.
“Pasan la mayor parte de su tiempo aquí; se les permite estar desde que se levantan hasta la hora en que hay que ir a descansar”, puntualizó la funcionaria, agregando que se trata de una iniciativa innovadora en toda la red del Servicio de Salud Concepción. “Nadie más ha contado esta experiencia de la huerta. Tenemos el espacio adecuado donde se ha podido plasmar esta iniciativa”, dijo.